Oro viejo
Una boda diferente
Donjuanes en shootings
Wedding planners, decoración e iluminación: Donjuanes
Localización: Bodega Las Tirajanas
Fotografía: I&F photographers
Videografía: Hemisferio Creativo
Textil: Compleventos
Floristería: Nature World
Cáterin: Restaurante El Mirador de Santa Lucía
Tartería: Ganaché Las Palmas
Ella: La Novia 7 Palmas
Él: Tendido 18
Maquillaje: Natalia Carballo
Peluquería: La Peluquería
Modelos: Isabel Pulido y Agustín del Castillo- Olivares
La joven entró al salón por fin del brazo de su flamante esposo. Los altos techos de la bodega, parecían haber encogido gracias a las guirnaldas de luces cálidas que pendían de enormes báculos de madera. Las hileras de barricas hacían las veces de paredes, dándole a la estancia un aspecto realmente cálido, acentuado por la tenue luz de mil velas que prendían corazones de cristal dorado.
Giró su cabeza en un leve gesto, buscando la procedencia de aquel aroma a ramas de olivo y eucalipto que la embriagaban. Se dio entonces cuenta de que el culpable era el centro de mesa, salpicado de fruta fresca. Manzanas rojas entre renos en oro viejo, uvas enredadas en el verde bosque que recorría el largo bouquet.
Sintió el palpitar acelerado de su corazón al descubrir al fondo la vieja radio del abuelo. Recordó las tardes de domingo en su regazo mientras sonaban tangos y boleros. La casa se hacía amarilla al caer el sol, el mismo efecto de la araña que se mantenía sobre sus cabezas.
Depositó el ramo de novia tiznado con pequeños trazos de pan de oro y ramillete de uva negra sobre el carro que soportaba aquella sopera blanca flanqueada por estilizadas grullas de pie de cristal. Unas botellas de vino tinto, unos tunos indios, alguna piña tropical de penacho imponente y trozos de higo decoraban aquel rincón.
El
novio de traje gris adelantó una de las sillas tiffany con espalda
de tul blanco y lentejuelas invitando a sentarse a su bella esposa.
Luego se sentó él. Era curioso como a pesar de los aplausos de los
invitados, era capaz de percibir otros sonidos como tintineo de las
copas de cristal labrado al rozar las unas con las otras.
El padrino usó una de aquellas piezas de la cubertería como baqueta sobre su plato de loza blanca que parecía brillar aún más sobre el fondo dorado.
¡Que vivan los novios! Gritó emocionado.
¡Que vivan! Contestaron casi al unísono los demás.
El padrino usó una de aquellas piezas de la cubertería como baqueta sobre su plato de loza blanca que parecía brillar aún más sobre el fondo dorado.
¡Que vivan los novios! Gritó emocionado.
ORO VIEJO
ORO VIEJO
Entonces,
el esposo buscó sutil la mano de la novia, y ella sintió
enrojecerse sus mejillas en un rubor infantil. Dejó caer el zapato
de uno de sus pies y mientras lo balanceaba leve, al compás de la
música que flotaba en el ambiente, levantó su brazo arrastrando la
mano del joven recién casado hasta su boca para besar el anillo que
acaba de estrenar.
ORO VIEJO
El péndulo dorado del reloj, en uno de sus vaivenes llevó las agujas a las doce en punto de la noche. Ambos supieron que era el momento de marchar a sus aposentos. No les quedaba ninguna duda de nada. Sólo cabía decidir tal vez, quién sería la presa y quién el depredador aquella noche.